¿Sabías que en Formentera puedes recorrer tres faros únicos, cada uno con su propia historia, paisaje y encanto? Si estás buscando una experiencia diferente, tranquila y muy fotogénica, esta ruta es para ti. Te invitamos a descubrirla paso a paso.

🚢⚓ Faro de LA SAVINA: el primero que te saluda  

Nada más llegar a Formentera por el puerto de La Savina (donde llegan los ‘Ferrys’ de pasajeros), este pequeño faro te da la bienvenida. No es el más alto ni el más antiguo, pero tiene algo especial: está justo al lado del Estany des Peix y desde allí puedes ver una puesta de sol espectacular, con Ibiza dibujándose en el horizonte. Aunque no se puede entrar, el paseo hasta su puerta es muy agradable.

🚩🏛 Faro de LA MOLA: el más auténtico y literario

Este faro está en lo alto de un acantilado de 120 metros, en el extremo de poniente de la isla. Las vistas al Mediterráneo desde aquí son simplemente impresionantes. El faro de la Mola destaca por su gran valor histórico y cultural. Construido en la segunda mitad del siglo XIX, es uno de los escasos testimonios de la arquitectura y la ingeniería civil de esa época. Su presencia forma parte esencial del paisaje y la identidad de la isla, y su conservación está asegurada por el Consell de Formentera. Además, el faro alberga un centro de interpretación sobre la relación de Formentera con el mar (la entrada se compra ahí mismo), y una exposición permanente. ¿Sabías que Julio Verne usó este lugar como inspiración para su libreo ‘El faro del fin del mundo’?

🌅💈Faro de CAP DE BARBARIA: el más salvaje y peliculero

Este es el faro más cinematográfico de la isla (sí, el de la película ‘’Lucía y el sexo’’). Para llegar, tendrás que caminar unos 2,5 km desde el aparcamiento, ya que el acceso en coche está regulado en verano. El paisaje es árido, casi lunar, y al final del camino te espera el faro, solitario y majestuoso. Desde aquí puedes ver una de las mejores puestas de sol del Mediterráneo. Y si te atreves, busca la Cova Foradada, una gruta que lleva a un mirador secreto.

💡 Consejo final: lleva agua, gafas de sol, protección solar, calzado cómodo y, si los tienes, unos prismáticos. Y sobre todo, tiempo. Esta ruta no se hace con prisas. Se saborea.